Seamos honestos. Estás leyendo por varias razones, pero a partir de deducciones realizadas por mi experiencia de vida, y principios básicos del sistema de comunicación que todos tenemos, puedo llegar a varias conclusiones:
- Tengo un 92% de certeza que cuentas con un dispositivo móvil
- Este dispositivo móvil tiene acceso a internet
- Si te enteraste de este artículo a través de LinkedIn, hay un 60% de probabilidad de que tengas entre 25 y 34 años de edad
- Sepas leer español
- Te interesa la analítica web o el análisis de datos.
Muy bien. Todo eso es obvio. Tú dirás: “Claro, es evidente todo lo que dijiste, pero, ¿cuál es tu punto?” Lo básico: Todo lo que te dije fue resultado de la deducción, que es básicamente tomar principios universales y sacar conclusiones de lo particular.
Me tomé la libertad de hacerlo porque tengo acceso a información a priori de las condiciones “universales” que se deben cumplir para yo ser capaz de comunicarlo: fíjate que ofrecí fuentes sobre el rango etáreo de usuarios que usan LinkedIn, o partí de lo más básico, que es imposible leer un blog en línea sin poseer un dispositivo con acceso a internet (a menos, claro, que lo leas impreso, pero igualmente, tuvo que haber pasado por el mundo digital).
Las deducciones son muy útiles para cualquier área de la vida, sin embargo, a la hora de establecer comunicaciones fluidas en grupos de trabajos donde la documentación (como lo recomienda Paulo ‘Kemen’ Plaza) es básicamente lo que nos permitirá conocer qué y cómo está diseñado el sistema de infinidad de marcas, indicadores y hasta títulos de cualquier métrica, dimensión, audiencia -o todo lo que pueda etiquetarse- dentro de nuestra organización, es preferible siempre guiarnos por lo que está documentado, indexado y pactado.
No es descabellado y suena obvio, pero es vital entender esto. Al cerebro humano le encanta categorizar; no puede vivir sin indexar; se siente perdido si no consigue una historia dentro de su entorno: ¿por qué crees que que existe el famoso burger icon en la versión móvil de las webs, las categorías de productos de tu e-commerce favorito, o los géneros musicales? Simplemente porque se nos hace más fácil comprender lo que nos rodea de esta manera. Que, ojo, al hacerle la vida más fácil al visitante de una web, o al melómano que busca la nueva pieza avant-garde de jazz de 1963, también nos hacemos más fácil la vida a quienes trabajamos dentro del mundo del marketing basado en datos… pero eso es otra discusión.
Con esta introducción un poco colorida sobre el tema de la indexación y la importancia de etiquetar con un sentido en donde toda la organización -o equipo- pueda percibir por qué es importante mantener una nomenclatura en los documentos y, repito, en “todo lo que pueda etiquetarse”.
Una nomenclatura es, según la Real Academia Española, “una lista de nombres de personas o cosas”. En D2B tenemos miles de nombres de cosas, sobre todo, documentación en cualquier formato que existe: .pdf, .doc, .md, .xlsx, y estos documentos tienen dentro de sí una serie de principios de comunicación básicos que todos dentro de la organización estandarizamos para poder tener un mapa de vuelo en caso de querer implementar códigos, medir eventos, y lo más importante: tener preparado una batería de principios de nomenclatura para futuros nombres que quisiéramos asignar a lo que nos compete.
Por ejemplo, para el uso de Google Tag Manager, utilizamos un sistema de identificación básica pero muy funcional que cumple con una estructura lógica, sencilla de entender, y que no solo nos sirve a los actuales integrantes, sino que puede utilizarse en un futuro para cualquier nuevo ingreso.
Ilustrando un poco lo mencionado anteriormente, la nomenclatura luce más o menos así:
[primeras letras de variable, etiqueta, o trigger] – [función de la variable, etiqueta, o trigger] – [(opcional) nombre personalizado de la variable, etiqueta, o trigger]
Luce así: GA – Pageview – XXXXXX
De esta manera, es posible sumar un poco más de productividad al equipo no solo por el hecho de evitar perdernos dentro de la maraña de objetos existentes en un contenedor de GTM, sino que también nos permite comunicarnos mejor dentro del equipo y resolver potenciales problemas de manera más eficiente.
El ejemplo de Google Tag Manager que expuse anteriormente es meramente ilustrativo, pero tiene mayor alcance, sobre todo a la hora de nombrar campañas pagas, establecer parámetros UTM, o cualquier acción identificable a la que busquemos explotar o recoger datos (nombrar una audiencia de Google Analytics, por ejemplo).
La documentación es todo un arte, pero es un proceso necesario para cualquier equipo. Si nos vamos a nuestra área de experticia: la Analítica de Datos Digitales, diría que es crucial. Es lo que nos permitirá ahorrarnos horas entre los esfuerzos de un equipo de SEM y Analítica web, o en interno.